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sábado, 22 de agosto de 2015

El Folklore y la moda del Folklore (4)

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http://www.elfolkloreargentino.com/colaboraciones/trabajos/moda%20en%20el%20folklore.htm En cuanto a la danza, específicamente, es bastante lo que hay que decir. Pero, bien vale, antes de continuar, hacer una reflexión sobre la palabra y el significado de GAUCHO, porque es importante para tener una mayor comprensión panorámica del tema. Permanentemente se escucha decir que el gaucho bailaba. Realmente no es bueno que se trate tan livianamente esto, como si el gaucho fuera el sinónimo de folklore, o de quién era la esencia del folklore. En primer lugar, el gaucho, nunca (o casi nunca) bailó. El que bailó - y baila - es el PAISANO, que es otro personaje, el cual, por costumbrismos, se lo identificó con el gaucho, pudiendo ser aceptado por ciertas estructuras antropológicas y costumbristas; pero cabe destacar que, por principio no es lo correcto, lo que se puede estudiar y profundizar, leyendo a cualquiera de los muchos autores sobre el tema (poco leídos por cierto). Según estudios realizados por verdaderas autoridades de la ciencia del folklore, estudiosos del fenómeno del gaucho, palabra cuya raíz etimológica puede ser: gauche, palabra de origen galo que significa: paria, y hay otros que dicen que es derivada de guacho, que en quichua quiere decir: paria, huérfano; se define como: dícese de quiénes vivían una vida solitaria, como techo el cielo, y que por lo general no tenía familia. Que vivía como podía, muchas veces matrereando. Otros creen que puede derivar del portugués, cuestión que el autor no adscribe. "...hoy se les designa, como a todo campero, como a gauchos, cuando en realidad para nuestros antiguos habitantes de la campaña tal término era un agravio, ya que gaucho era el paisano huido o hecho matrero..... ". (Alfredo Vitón 2ª Ed. Fausto Molina Campos) Pero también, es ese mismo individuo que sirvió tantas veces a su país (a veces compulsivamente, como en las guerras civiles, cuando los ejércitos realizaban levas), y son muchas las gestas que lo vieron entregar su sangre, heroicamente. Pero por lo general, no iba por propio gusto. Es ese mismo gaucho que al decir de Domingo Faustino Sarmiento, crueles palabras, en carta a Mitre: No trate de economizar sangre de gaucho - le escribió - ; éste es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de humano, porque lo consideraba indigno de ser una persona y menos argentino. Este no es el caso que se trata, pero es bueno tenerlo en cuenta, porque identificaba el aspecto social del gaucho y qué se pensaba de él. El gaucho, por su propia elección de vida, simplemente no tenía con quién ni en dónde bailar, porque no vivía en un centro urbano, en un medio social, requisitos indispensables, para tener acceso a fiestas, bailes, familia, etc. El genial José Hernández, en su Martín Fierro dice: Nací y me crié en una estancia, lo que lo erige instantáneamente en paisano, porque nació y se crió en un medio social como lo es una estancia, compartido con muchas otras personas. Es por eso que Martín Fierro, si se quiere, cumple tres etapas en su vida: paisano-gaucho-paisano (O sea: cuando nace y vive, cuando se escapa, y vive con los indios y matrereando, y cuando regresa al medio social). "Generalmente los gauchos eran solteros, acostumbrados a vivir sin casa y sin arraigo, montando veloces caballos, sin carecer de alimento...( )...; vestidos con lo indispensable para no estar desnudos, sin mas ley que su voluntad en medio de las sombras de una pampa infinita,...( ) Iban formando las reservas, los contingentes que más tarde obedecerían la voz del caudillo, sin saber por qué ni para qué luchaban....De repente, respondiendo a su instinto nómada, a su deseo de libertad, ese hombre (el gaucho), típico exponente de las pampas, ya no se "hallaba" en el lugar; ya había permanecido a su entender bastante tiempo en él y entonces se iba,.... (Vida, época y obra de Manuel Belgrano - Ovidio Jiménez ) Así es que, según el rigor que exige la ciencia, no corresponde decir el gaucho que baila, sino el paisano que baila. "...un outlaw, un squatter, un misántropo.. Es un personaje misterioso; mora en la pampa; son su albergue los cardales; vive de perdices y mulitas.( ) A veces se presenta en la puerta de un baile campestre con una muchacha que ha robado; entra en el baila con su pareja, confúndese con las mudanzas del cielito y desaparece sin que nadie se perciba de ello" (Facundo - Domingo Faustino Sarmiento) De esta confusión, surge la ligazón entre gaucho y el baile folklórico. Y no es tan así: se reitera, el que bailaba -y baila- es el paisano. Con un mismo razonamiento, pretender que la vestimenta que se usa actualmente haciendo creer que es de un gaucho, no sólo no lo es, sino que al existir fuentes habilitadas para un exacto estudio histórico, debería resultar necesario por quienes bailan como gauchos (?), conocer y estudiar. El paisano -y el gaucho mucho menos- si bien es cierto usaba sus mejores ropas (que eran bastante pobres por cierto) para bailar con una moza, lejos estaba de ser parecida, tanto en su confección como en los modelos, a las que se usan ahora y que alegremente se dice como tal. Pero, si alguna vez bailó el gaucho, imaginen ustedes la comparación con las vestiduras actuales. Vestían poncho de lana teñida y chiripá, muchas veces sin calzoncillos, sostenido con una faja raída y flecuda de lana y el facón en la espalda; calzaban botas de piel de potro, hechos los talones del corbejón, dejando salir los dedos para agarrar el estribo, formado por un nudo de cuero; sombrero panza de burro. ¡No se respeta ni el estilo de las vestimentas regionales! Por caso -se ha visto -, bailar una cueca cuyana con ropa kolla (?), y ¡Encima con boleadoras, y un conjunto musical con bombo! (?). Cada quien puede disfrazarse como quiera, pero, como ya se dijera, decir que es folklórico, gauchesco, tradicional, no es cierto. Y aquí el problema está, no solo en saber qué es Folklore, sino en que por moda no está bien tergiversar lo folklórico, lo histórico. Olvidarse, alterar o distorsionar la historia, nuestra idiosincrasia, a la larga se paga caro. ¿Y esto está mal? Sí; porque a la gente, al pueblo, hay que enseñarle bien y no hacerle creer que lo que se hace es folklórico. Es increíble observar el zafarrancho que hacen muchos bailarines folklóricos (sic) hoy en día, que más parecen contorsionistas, cuando basta escuchar las músicas folklóricas o de raíces folklóricas, para darse cuenta de la cadencia de las mismas, que requieren de movimientos pausados y dirigidos con serenidad y galantería hacia la dama.

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